Allá en
las tierras altas y frías, donde los pastos crecen verdes, pero el viento puede
calar los huesos. Cerca de las montañas nevadas y donde la brisa susurra los
cantos, podrás encontrar al brujo. Vive solo entre la bruma y las heladas. No
lo excluyeron, no odia a la gente, solo ama más la soledad, el estudio en calma,
la preparación de fórmulas en completa concentración. Es un hombre hábil,
buscarlo y encontrarlo requiere de mucha fe. Pero una vez que tocas a su
puerta, él ya sabe lo que sufres. Porqué estás ahí. Escúchalo, no siempre la
magia es la solución; y si lo es, te pedirá volver después. Necesita ponerse a
trabajar sin interrupciones ni testigos. A veces parece que alguien le susurra
al oído, porque lanza respuestas cuyas preguntas nadie más escuchó. Pero así
les pasa a muchos ciegos, aprenden a escuchar mejor.
Puedes
visitarlo sin necesidad de un problema en tus espaldas, te invitará a pasar la
tarde tomando té e infusiones, a fumar de su pipa mientras el viento toque sus
relajantes melodías. Y en medio de aquella tranquilidad, quizás tú mismo
escuches al que hace las preguntas…
…Y debas
contestarle
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