Escucha los sonidos de la tierra,
es como una orquesta...
Si te
adentras en su melodía, sentirás que vuelas. Despierta tus sentidos
¿Lo
notas?
El olor
de la tierra húmeda, el color intenso de las flores, el sabor de una hoja, el
agua fría que recién baja de la montaña, subir descalzo por un árbol antiguo y
sentir su corteza.
Camina
por el lodo, bebe de sus arroyos y come de sus frutos. Alza tus brazos allá en
la montaña, corre por la playa mientras la brisa te susurra sus secretos.
Y allá,
cuando hayas logrado alcanzar esa armonía con la madre tierra, tal vez ella te
permita quedarte a su lado, convertirte en una de sus ninfas. Que vivas entre
las hojas y los troncos, hablando con los animales.
Que las
aves te den los mensajes del cielo y los roedores te informen de las
profundidades.
Que el
agua del manantial calme tu sed en el calor y que los árboles te cobijen en el
frío.
Que tus
pies conozcan la suavidad del musgo y el viento peine tus cabellos.
Cuando
estés ahí, manda una avecilla…
Yo
vendré a visitarte y jugaremos, correremos por los bosques y reiremos. Iremos
al pantano y jugaremos entre los lirios y las algas, hacen cosquillas ¿sabes?
Adornaremos
nuestro cabello con ramas, hojas y flores. Te haré una corona.
Seremos
felices…
Hasta
ese entonces, me iré a vagar aquí y allá, esperando por tu mensaje.
No
tardes, o te perderás de la diversión.
¡Adiós!
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