“Cuando
camines por la jungla, una cosa debe ser segura: mantén tu cabeza gacha.
Escóndete entre la maleza y las grandes hojas, no hagas mucho ruido y sobretodo
no vayas de noche. Se dice que una bruja vive ahí y caza a los desprevenidos.
No importa si vas solo o con un grupo, si la bruja te encuentra, extenderá sus
grandes alas, te atrapará con sus garras y te llevará lejos, entre los grandes
árboles y las lianas. No sabemos si los quiere para comer, o para hacer sus
embrujos, pero no se vuelven a ver. De todos los que se lleva no queda el más
mínimo rastro. Algunos han tratado de encontrarla y matarla, pero nadie la ha
encontrado, se cree que vive en las cuevas o en la cima de un árbol, es mitad
mujer y mitad murciélago; debe vivir como uno, entre los demás animales,
refugiada del sol y de la gente, hasta que sale a cazar por las noches y atrapa
a los incautos.”
Los
hombres de la taberna hablaban en voz alta de la bruja y de todas sus experiencias,
mientras una bella y dulce joven, sentada en un rincón, tomaba lentamente una
copa de vino dulce, luego de un rato, otra mujer de más edad se le acercó y con
una seña, ambas salieron del lugar.
— ¿Qué
tanto balbucean los borrachos? — Dijo la mujer mayor
—
Tonterías… creen que vivimos entre los animales, como si no nos gustara el
pueblo y la ropa…
— Que
inconscientes, una no puede estar todo el tiempo con la forma de caza, sería
muy cansado y tendríamos que comernos a más personas…
— Es lo que
estaba pensando… bobos.
Y así
tomadas del brazo se alejaron por las calles del pueblo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario